martes, 29 de diciembre de 2009

La insoportable levedad del ser - milan kundera


  • En este mundo todo está perdonando de antemano y, por tanto, todo cínicamente permitido.
  • El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive sólo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarlas en sus vidas posteriores.
  • Lo que sólo ocurre una vez es como si no ocurriera nunca. Si el hombre sólo puede vivir una vida es como si no viviera en absoluto.
  • Hacer el amor con una mujer y dormir con una mujer son dos pasiones no sólo distintas sino casi contradictorias.
  • El amor no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien (este deseo se produce en relación con una cantidad innumerable de mujeres), sino en el deseo de dormir junto a alguien (este deseo se produce en relación con una única mujer).
  • Sin saberlo, el hombre compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza aun en los momentos de más profunda desesperación.
  • La fidelidad le da unidad a nuestra vida que, de otro modo, se fragmentaría en miles de impresiones pasajeras como si fueran miles de añicos.
  • La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo ... y la persona que se priva de ella voluntariamente es un monstruo.
  • El amor, cuando se hace público, aumenta de peso, se convierte en una carga.
  • La mujer no puede resistirse a la voz que llama a su alma asustada; el hombre no puede resistirse a la mujer cuya alma es sensible a su voz.
  • Parece como si existiera en el cerebro una región totalmente específica, que podría denominarse memoria poética y que registra aquello que nos ha conmovido, encantado, que ha hecho hermosa nuestra vida.
  • El placer sin felicidad no es placer.
  • El amor es el deseo de encontrar a la mitad perdida de nosotros mismos.